HISTORIA

CUATRO SIGLOS DE HISTORIA

La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Santísima de las Lágrimas y Esperanza, es una de las cofradías más antiguas de la ciudad, si bien todavía no se han encontrado los documentos que atestigüen la verdadera fecha en la que la cofradía se erigió como tal. En los últimos años, gracias al trabajo desinteresado de varios hermanos, se han rescatado documentos desconocidos hasta la fecha, que nos hablan de cómo fue nuestra hermandad durante los siglos XVI, XVII y XVIII, lo que está contribuyendo a conocer lo grande que fue esta cofradía y la importancia que tuvo en la villa de Chiclana, pues hasta principios de este siglo XXI no había ningún dato que fuese anterior al año 1946.

Los primeros documentos encontrados nos hablan de una cofradía gremial conocida como Cofradía de Mareantes de San Telmo, integrada por mareantes y pescadores, que rendían culto a San Pedro González Telmo (San Telmo), en una ermita muy próxima al río Iro en el siglo XVI. Hay que señalar, que el río Iro era de suma importancia en aquella época, pues era la única vía de comunicación con Cádiz y San Fernando ya que hasta el siglo XIX no se construye el camino que transcurre por la Isla de León. El río Iro era navegable, y mediante falúas y pequeñas embarcaciones se transportaban mercancías y pasajeros. Además debemos señalar que en aquella época Cádiz se encontraba en pleno auge económico debido al Comercio con las Indias, y este auge también beneficiaba a Chiclana. De hecho, en 1675 el número de embarcaciones existentes en la villa era de 57. Ya en el siglo XVIII, según el Censo de Floridablanca, las personas que ejercían oficios relacionados con la mar constituían el grupo más numerosos de artesanos (129 carpinteros de ribera y 59 calafates) y 472 matriculados en la marina. Los carpinteros y calafates ejercían su labor en el varadero existente junto a la Ermita de San Telmo y otros en el Arsenal de la Carraca dedicados a la construcción y reparación de los galeones de la ruta de Indias. De las actividades de sus hermanos, los marineros y pescadores, se beneficiaba su cofradía, y ello se traducía en el excelente patrimonio que poseían, como queda descrito en los protocolos testamentarios de los hermanos.
De la imagen de San Pedro González Telmo, patrón de los Mareantes, que actualmente se encuentra en la parte superior del altar mayor de San Telmo, sabemos según D. Mariano Nieto, restaurador del altar mayor de San Telmo en el año 2002, que está fechada entre los años 1490 a 1525, por lo que según esta fecha, el culto a este santo y por tanto la fecha de fundación de la cofradía podría remontarse a esos años.
Esta Cofradía Gremial de Mareantes de San Telmo concretó su actividad penitencial con las imágenes de Nuestra Señora de las Angustias y Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia. No sabemos la fecha en la que incluyen a estos nuevos Titulares. Uno de los documentos más antiguos encontrados recientemente en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz es una manda testamentaria de Alonso de Molina y Caniego, Protocolo de Juan Molina nº 418 (1.677 - 1.679) que dice "mando que en mi entierro me acompañen la cofradía de la Humildad y Paciencia de la cual soy hermano", que nos da constancia de la imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia en el año de 1.677. Sin embargo el actual Cristo de la Humildad y Paciencia fue ejecutado por Tomás Vadillos en el año 1697, realizándose con un madero de cedro que se encontraba cerca de la Loma del Puerco, y quedó varado allí tras un naufragio, siendo mandado traer para tal fin. Este descubrimiento de la autoría, lo realizó D. Lorenzo Alonso de la Sierra en el año 2003. Por lo que según lo descrito anteriormente esta nueva imagen vino a sustituir a otra más antigua, por lo que sabemos que fue antes del 1677 cuando incluyeron como titular a Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia. De Nuestra Señora de las Angustias, los primeros documentos encontrados que hablan de ella son de 1699, siendo un testamento del Alférez Juan de Arias, el que deja cierta cantidad de dinero para el arreglo de los altares de la Humildad y Paciencia y que dice así: “Dejo cien escudos de plata para el adorno y mantenimiento del altar de la Humildad y Paciencia de Nuestro Señor Jesucristo y en el de María Santísima de las Angustias que están en la Ermita de San Telmo de esta villa para por este medio conseguir el descanso eterno, mando y es mi voluntad se den trescientos reales de vellón a los hermanos del Avemaría y Rosario de la Ermita de San Telmo de donde soy hermano y tengo pagadas las luminarias, etc,.”

Otro de los documentos que nos habla de la antigüedad de esta Hermandad, se encuentra en el Archivo Municipal de Chiclana, en el Libro de Actas Capitulares del año 1711. En el Cabildo celebrado el día 28 de Abril de ese año, la Cofradía del Santo Cristo de la Humildad y Paciencia, había pedido permiso al Duque de Medina Sidonia para llevar a cabo festejos de toros en la plaza que está inmediata a la ermita. El motivo de celebrar dichos festejos era la de conseguir dinero para el arreglo de la ermita, ya que la gente pagaba por "los sitios y andamios que la Hermandad hace" para ver los toros.
Este nuevo documento nos da a conocer otro nuevo dato, que la Cofradía "sale el Miércoles Santo por la tarde de dicha ermita". Sin embargo una noticia iba a turbar los planes de la Cofradía, la muerte del Delfín de Francia, padre del Rey Borbón español, Felipe V. Ante tal suceso la Cofradía hace partícipe al Ayuntamiento de su preocupación de que se suspendiera dicho festejo, en el que había gastado para su organización más de 200 pesos y en el que se iban a "torear una docena de toros, en dicho día". El Ayuntamiento comprensivo, autorizó los festejos, ya que a pesar de conocerse la noticia, no se había decretado luto oficial. El día del festejo era el once de Mayo de 1711.

En el año 1.735 volvemos a tener nuevos y abundantes datos de la Cofradía de los Mareantes. Es este gremio el que construyó la Ermita de San Telmo o Santuario de las Angustias, como también lo conocían, dedicada a San Pedro González Telmo, patrón de los navegantes, a Nuestra Señora de las Angustias y a Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia.
En el año de 1.735 y concretamente el día 6 de Junio la cofradía, como consecuencia de la cesión y donación hecha por el Obispo de Cádiz a la comunidad de agustinos ermitaños de la ermita de San Telmo, esta Hermandad hace valer sus derechos mediante documento público ante el notario Miguel Dueñas, del cual, extraemos un fragmento, que dice así: “En seis días del mes de Junio de mil setecientos treinta y cinco, hallándose en este convento de San Agustín de Chiclana Ntro. Padre Provincial Fray Plácido Bayles provincial de sta provincia de Andalucía mando tocar a consulta, y juntos en la celda prioral a son de campana como es uso y costumbre con el padre fray José Posada, prior de dicho convento propuso a los padres dicho Reverendo provincial que en atención a haber tomado este convento posesión de la ermita de San Telmo en virtud de la cesión y donación que la había hecho de ella con todas sus alhajas el Ilustrísimo y Reverendísimo Sr. D. Tomás del Valle Obispo de Cádiz, estando erigidas y situadas en dicha ermita la Cofradía del Stmo. Cristo de la Humildad y Paciencia y Ntra. Sra. De las Angustias, para el mayor culto de dichas imágenes y de este convento estuviese siempre acorde con dicha cofradía, si les parecía conveniente, para seguridad de los hermanos y justamente con esta comunidad, obligarse por instrumento público a mantener en dicha ermita las tres imágenes de la Humildad, Ntra. Sra. De las Angustias y del señor San Pedro en el sitio que hoy están y finalizada que sea la iglesia nueva, ceder a dicha cofradía el colateral del Evangelio para que en él coloquen altar o altares de las tres imágenes usando de dicho colateral como de sitio propio, obligándose la dicha cofradía a mantener las tres imágenes en la referida ermita y finalizadas la iglesia en el dicho colateral del evangelio, siempre que por ningún pretexto pueda la dicha cofradía colocarlas, o situarlas en otra parte fuera de la dicha ermita o iglesia nueva, que para el mejor culto de la imagen de Ntra. Sra. De las Angustias se de el nicho principal del altar mayor de dicha iglesia nueva y que en el caso siendo gustosa la cofradía, se la ceda este convento para ponerla en él dejándole salvo el derecho del colateral del Evangelio para poner las otras dos imágenes. Que las lámparas de plata que hoy tiene la Virgen de las Angustias siempre se coloquen donde su imagen estuviese ya sea en el colateral del Evangelio o la capilla mayor si se colocase en el principal nicho del altar mayor. Y esta comunidad se obligase a asistir a la procesión de dicha cofradía que se hace el Miércoles Santo como que sale de su casa e iglesia sin llevar estipendio alguno, solamente la cera que le ha de dar la dicha cofradía para alumbrar los pasos. Amen que siempre que la villa acordase sacar a la Virgen de las Angustias en procesión de rogatoria por alguna necesidad pública. Presidiendo el prelado de esta convento como que lo es de dicha capilla o iglesia, y el mayordomo o hermano mayor de dicha cofradía se obligue esta comunidad a acompañar a la virgen de las Angustias en dicha procesión hasta que vuelva a su capilla, del mismo modo que en la procesión del Miércoles Santo.
Que en orden a las disposiciones de gobierno y cuentas de dicha cofradía no se entrometa esta comunidad como no debe por tocar esto a los señores obispos de este obispado, que si con el tiempo se labrase o edificase convento en dicha ermita o iglesia, los enseres y pasos de la cofradía con su puerta y llave que guarden los hermanos. Todo lo cual oído y entendido por los P.P. de consulta dijeron que les parecía bien y lo votaron por sus votos secretos como es costumbre, pidieron a dicho padre Provincial licencia pata otorgar y convertirse con dicha cofradía en las dichas obligaciones, lo que les concedió su Reverendísima, con la condición de que proceda poder de dicha cofradía, dado en cavildo ante escribano público a los hermanos Diputado para que también otorguen y firmen las condiciones a que se obliga la cofradía por dicha escritura para la seguridad de ambas partes.”
Y lo confirmaron los Padres de consulta en dicho día, mes y año: firmado Fray Plácido Bayles, Fray José Posada y otros padres más. Igualmente los firmaron el mayordomo de la cofradía Juan Bautista Perosio y los hermanos Juan de Escudero y Diego de Molina.
Este documento público es importantísimo, pues habla de que como consecuencia de la cesión de la Ermita por parte del Obispado a los Agustinos Ermitaños, los hermanos de la Cofradía de los Mareantes hacen valer sus derechos sobre ella, o más bien sobre el nuevo templo que se pretende construir sobre la ermita. Indica la situación de las tres imágenes de la cofradía, la cesión a la cofradía de los colaterales del altar mayor, el mantenimiento de las tres imágenes en la ermita, el mantenimiento de la imagen de Nuestra Señora de las Angustias en el nicho principal del altar mayor, la situación de las tres lámparas de plata pertenecientes a Nuestra Señora de las Angustias siempre donde estuviese su imagen y la obligación de los agustinos ermitaños a acompañar a la cofradía en su salida del Miércoles Santo o en cualquier otra procesión de rogativas con la imagen de Nuestra Señora de las Angustias, incluso se prohíbe la intromisión de la comunidad Agustina ermitaña en el gobierno y cuentas de la cofradía.

Desde el año 1735 nos trasladamos a 1808, a un acta capitular del Ayuntamiento de Chiclana. En este acta, el Ayuntamiento se dirigió a los mayordomos de las Hermandades y Cofradías (máximo cargo por aquellas fechas de las hermandades pues no existía la figura del Hermano Mayor) para pedirles un donativo debido a las extremas circunstancias que vivía el país, siendo el Mayordomo de nuestra cofradía D. Antonio Pizano.
D. Antonio Pizano, era un ilustre gaditano con residencia en Chiclana, quién unos años más tarde, en 1.812 y tras abandonar nuestra ciudad las tropas francesas tras su invasión y posterior batalla, promovería junto con el Conde de Maulle, la reanudación de las obras de la Parroquia de San Juan Bautista que habían sido interrumpidas por la invasión de los franceses. De hecho, todavía se conserva un lienzo con su retrato en la Iglesia Mayor, entrando en la primera columna de la izquierda. Creemos que la relación de nuestro ilustre mayordomo con el arquitecto Torcuato Benjumeda que por aquellas fechas dirigía las obras de nuestro primer templo, fue primordial para la construcción de los altares neoclásicos del Cristo de la Humildad y Paciencia y de la Virgen de las Lágrimas y Esperanza, piezas perfectamente atribuibles a dicho arquitecto dada su similitud con la obra que el mismo nos ha dejado en algunos templo gaditanos y muy especialmente en el altar de la capilla penitencial de la Santa Cueva.

Tras el paso de los franceses por Chiclana, donde la villa quedó muy afectada por la invasión francesa, y transcurridos cien años desde la firma por parte de los agustinos y de la Cofradía de los Mareantes del documento público al que hemos hecho referencia, se produjeron unos hechos que marcaran la historia de España, la desamortización de Mendizábal. Inevitablemente influyó de manera decisiva en el futuro de la Hermandad, ya que siendo exclaustrada la comunidad de frailes Ermitaños de San Telmo, la validez de las escrituras firmadas en 1.735, cien años después el 21 de Septiembre de 1.835, no puede ser defendida pues no hay frailes para cumplirlas, ni posiblemente muchos hermanos de la cofradía para cumplir su parte debido a los acontecimientos ocurridos durante la invasión francesa.
De esta fecha encontramos un inventario de la cofradía del prior de la comunidad, Fray Antonio González. Dicho inventario que se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, enumera los enseres del gremio de los Mareantes de San Telmo diciendo textualmente:
“Bienes pertenecientes al gremio de mareantes: Tres lámparas de plata una de mayor calibre y las otras dos colaterales más pequeñas, altar mayor con San Telmo y Virgen de las Angustias con diadema de plata y corona de plata, manto de terciopelo con estrellitas en plata, un rosario de plata dorada de Ntra. Sra. De las Angustias, un altar de mármol de Jesús de la Humildad, un altar de madera de San Pedro, una corona de espinas de plata con sus tres potencias, un cuarto donde se conservan algunos enseres de mareantes, una alacena de caoba antigua, tres andas para las imágenes, una caja para portar los difuntos de dicho gremio, una banderola y una caja de cedro. Fdo: Fray Antonio González, Prior del convento.”
Es este otro documento importantísimo en la historia de la Hermandad, pues enumera los bienes de la Cofradía en el año 1835, donde posiblemente ya esté mermado debido a los acontecimientos por la invasión francesa, pero en donde descubrimos entre otros, que el altar mayor de San Telmo es propiedad de la Cofradía. De lo descrito en este documento, en cuanto al ajuar de las imágenes sólo ha llegado a nuestros días, el juego de las potencias y corona de espinas de plata del Señor. Además se habla de tres lámparas de plata, que observando lo que hay en la iglesia, sólo queda la de mayor calibre que actualmente está en la nave central.

Desde finales del 1.835 en adelante comienza el devenir de la Cofradía de los Mareantes. La Iglesia de San Telmo queda sólo como Parroquia Castrense y dirigida por sacerdotes seculares. Entre estos destacó el Padre Caro, que se hizo cargo de dicha iglesia impulsando la devoción a Nuestra Señora de los Remedios, que se encontraba en el altar donde hoy está la Virgen de las Lágrimas y Esperanza. Este sacerdote, posiblemente desconociendo los hechos históricos de nuestra Cofradía y tras el nombramiento de Nuestra Señora de los Remedios como Patrona de Chiclana en el año 1916, cambia al altar mayor a la imagen de la Virgen de los Remedios, y traslada a Nuestra Señora de las Angustias al altar donde está hoy, y con ello contribuye todavía más a la casi desaparición de la Cofradía, y más concretamente a la devoción a la Virgen de las Angustias que queda postergada y abandonada totalmente.

En el año 1946 un grupo de jóvenes chiclaneros deciden crear una hermandad de penitencia con la imagen del Señor de la Humildad y Paciencia y con una imagen de la Virgen al que ellos, por desconocimiento de este rico pasado, deciden llamar de las Lágrimas. En ese mismo año se restauran las imágenes del Señor y de la Virgen, estando a cargo del gaditano Láinez Capote. Se estrena el antiguo paso de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, siendo de nueva factura, menos los inconfundibles faroles que fueron adquiridos a la Cofradía de Luz y Aguas de Cádiz. Durante estos años la Hermandad fue conocida como la Hermandad del Comercio, pues aglutinaba a muchos comerciantes de nuestra ciudad. Curiosamente nuestra Cofradía en el pasado ha tenido un marcado carácter gremial, durante siglos como de los Mareantes y durante el siglo XX de los Comerciantes.

Como podemos ver en este cartel de convocatoria de cultos del año 1964, durante el siglo XX, antes de que se fundase la actual Cofradía de Agligidos, nuestra Hermandad se encargaba también de sacar en su procesión a las antiguas imágenes de Afligidos en el Domingo de Ramos, día en el que realizaba su salida procesional nuestra Hermandad antes de que se constituyese la Cofradía de la Borriquita.
En la década de los setenta otro grupo de jóvenes le dan un cambio radical a nuestra Hermandad, constituyéndola tal y como la conocemos hoy en día. A partir de la década de los setenta, se proyecta el engrandecimiento del patrimonio de la cofradía, restaurando y cuidando lo poco que nos había llegado del pasado. El Cristo y la Virgen son restaurados por el isleño Alfonso Berraquero en el año 1979 y 1986, respectivamente.
En el año 1986 se le agrega a María Santísima de las Lágrimas, la advocación de Esperanza, por lo que es a partir de este año cuando se le denomina María Santísima de las Lágrimas y Esperanza.

En el año 1996 se celebra el 50 aniversario de la reorganización de la Cofradía y sus tres siglos de historia. Se nombra Hermano Mayor Honorario a D. Diego Gómez Soler, por su labor en la reorganización de la cofradía en el año 1946. En el año 1997 se cumplían los trescientos años de la hechura de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia pero debido a que el descubrimiento de la autoría y fecha de realización del Cristo no fue hasta el 2003, no pudo celebrarse su aniversario por ser desconocido todavía.

Desde estas líneas queremos resaltar que el descubrimiento de la historia de nuestra Hermandad durante estos últimos años, debe hacer que reflexionemos sobre la importancia de conservar y divulgar este conocimiento como verdadero patrimonio histórico, no sólo de la Hermandad, sino de la ciudad de Chiclana.

Bibliografía.
Artículos del Boletín “Cruz de Guía” editado por nuestra Hermandad.
Año 2002. “De Angustias a Lágrimas y Esperanza”. D. Jesús Romero Montalbán.
Año 2003. “Yo soñé con San Telmo”. D. Jesús Romero Montalbán.
Año 2004. “Sabías que…”. D. José Reyes Cabeza.
Año 2007. “Se llamaba Angustias”. D. José Reyes Cabeza.